En la mayoría de los hospitales españoles y de los países desarrollados se administra vitamina K a los recién nacidos para prevenir la enfermedad hemorrágica del recién nacido.
La enfermedad hemorrágica del recién nacido consiste en un sangrado que se produce en las primeras semanas de vida del bebe debido al déficit de vitamina K, por tanto es necesaria su administración exógena para prevenir esto.
Se recomienda después del nacimiento administrar vitamina K a todos los recién nacidos, siendo posible de dos maneras: mediante una inyección intramuscular o vía oral. La administración mediante inyección puede ser algo molesta aunque tiene como ventaja el asegurarnos de su administración frente a la vía oral, que puede conllevar a olvidos.
Se prefiere la opción de inyección intramuscular de 1 mg frente a la vía oral, pero si fuera vuestra decisión como padres administrar la vitamina vía oral se seguirá la siguiente pauta: 2 mg de vitamina K oral al nacimiento, seguido en los lactados al pecho total o parcialmente, de 1mg oral semanalmente hasta la 12ª semana. En los niños que se alimenten mediante lactancia artificial, sólo es necesaria la administración tras el nacimiento.
Salvo que la mujer lo desee, no se separará al recién nacido de los brazos de su madre para administrarle la inyección de vitamina K y se intentará ponerle la inyección mientras la madre lo amamanta para aliviar su dolor. Si no fuera posible ponerle al pecho, también se puede aliviar el dolor con la administración de sacarosa dos minutos antes, y se le ofrecerá una tetina para succionar.
Si tienes dudas, ¡pregunta a tu matrona!