El puerperio es una etapa en la vida de la mujer que requiere de una adaptación y que depende de cada persona.
Durante las primeras horas puede aparecer cansancio, pero también felicidad. Se recomienda vivir con tranquilidad e intimidad estos momentos para facilitar la formación del vínculo con el bebé.
Los primeros días se caracterizan por la aparición de sentimientos ambivalentes como felicidad y tristeza, debido a múltiples factores, como la incorporación del rol de madre, la discrepancia de información entre profesionales, familiares o amigos, o por otros múltiples motivos que hacen del puerperio un momento de especial sensibilidad emocional. Durante los primeros 7-10 días estos estarían dentro de lo normal.
La familia también tendrá que adaptarse a la llegada del bebé. Para superar las ansiedades posteriores al parto es necesario la acción preventiva, es decir, la preparación a la maternidad y la crianza, que ayuden a asumir el nuevo rol en la familia.
El cambio de rol puede traer consigo sentimientos de tristeza en la mujer o, junto con el llanto, labilidad emociona y sensibilidad exagerada. Todo esto es algo normal, asociado a los cambios hormonales, cansancio o miedo ante una nueva etapa. Esto puede ocurrir los primeros días posparto y se irá solucionando.
Cuando estos síntomas se prolongan y se acentúan con el tiempo, es recomendable acudir a un profesional sanitario para que realice una valoración, ya que podríais estar pasando por una depresión posparto.
Depresión posparto
La depresión posparto es una alteración del estado de ánimo que afecta a entre 10-15% de las madres.
Puede darse desde el segundo mes posparto hasta el año después del parto.
Es una enfermedad que requiere de una valoración y tratamiento profesional.
La causa es una combinación de factores genéticos, ambientales, sociales, etc.
El tratamiento será individual y diferente en cada caso, aunque la mayoría de las mujeres se sienten mejor y sus síntomas mejoran con psicoterapia, medicamentos o una combinación de ambos.