La toxoplasmosis es una infección causada por el toxoplasma Gondii.
Aunque en personas sanas la infección suele ser leve, puede llegar a ser peligrosa durante el embarazo, ya que en ocasiones puede llegar a afectar la placenta y el bebé.
Los expertos creen que sobre el 50% de las infecciones de toxoplasmosis se producen por comer carne cruda o poco cocinada que esté infectada. Pero también se puede contraer comiendo fruta y vegetales frescos contaminados, bebiendo agua contaminada, tocando tierra contaminada, o la arena de la caja de un gato.
La toxoplasmosis no se puede transmitir entre personas, salvo en el caso de transmisión madre-hijo durante el embarazo.
Si vives con un gato, lo más probable es que hayas contraído la enfermedad y que ya estés inmunizada.
Si todavía no sabes si estás inmunizada frente a la infección, no es necesario que te alejes del gato, simplemente tendrás que tener algunas precauciones extra:
–Haz que otra persona limpie su caja de arena, y que lo haga a diario, para reducir el riesgo de infección. Si no tienes otra alternativa que hacerlo tú misma, utiliza guantes desechables y después lávate las manos bien.
–Mantén al gato dentro de casa, para evitar que cace presas que puedan estar infectadas.
-Para evitar que tu gato se infecte mientras estás embarazada, no lo alimentes con carne cruda o poco hecha.
–Mantén al gato lejos de la cocina y la mesa donde comes.
–Lávate las manos después de jugar con él.
–No cojas un nuevo gato durante tu embarazo ni juegues con gatos de la calle.