Después de aproximadamente nueve meses de larga espera, se acerca el tan ansiado momento del parto. Pero no podemos olvidar que cada parto es distinto: no tiene por qué parecerse a los anteriores ni a los del resto de la familia. Los partos son tan únicos como lo son las personas y por lo tanto tendrán diferentes síntomas en el preparto.
Unos días antes de la fecha probable de parto, aparecen una serie de signos y síntomas que hacen sospechar que el parto está cerca: son los llamados PRÓDROMOS DE PARTO, que no van a ser los mismos en todas las embarazadas, ni van a tener igual duración e intensidad:
- El abdomen baja al descender el feto, lo que hace que puedas notar menos la pesadez de las digestiones y disminuya el ardor de estómago. Sin embargo, la vejiga está más presionada y te produce la necesidad de orinar con mayor frecuencia en escasa cantidad.
- Van a aparecer, sobre todo por la tarde y por la noche, unas contracciones que la mujer puede identificar como contracciones musculares, o pinchazos en la parte baja del abdomen, pero que no son rítmicas y suelen desaparecer o disminuir con el reposo. No las vamos a considerar como contracciones de parto porque no inducen la dilatación, aunque sí van madurando el cuello del útero ablandándolo y preparándolo para dilatar.
- Cuando la cabeza del bebé se encaja en la pelvis, pueden diminuir los movimientos fetales.
- Puede que notes más dolor de espalda y que aparezcan otros síntomas generales como flatulencias, inquietud y nervios, etc.
- Al reblandecerse el cuello del útero se expulsa el tapón mucoso, que es generalmente espeso, y más o menos oscuro o incluso sanguinolento.
- Puede romperse bruscamente la bolsa de las aguas, aunque no tengas contracciones o falte todavía algunos días para el final del embarazo. Si es este tu caso, debes acudir al hospital, donde se decidirá el tratamiento adecuado. Cuando llegues al hospital, debes explicar si has expulsado mucha o poca cantidad de líquido y el color que tenía. La rotura de la bolsa no supone, en principio, ningún riego para el recién nacido, siempre que el embarazo sea a término; pero sí puede ser un riesgo de infección para la madre y un condicionante para finalizar el parto en menos de 48 horas.
Comienzas a estar incómoda. Notas cada vez más contracciones pero no lo suficiente frecuentes para acudir al hospital.
Durante esta fase no sabes muy bien qué hacer y, generalmente, es el momento en que tus familiares te proponen ir al hospital.
Entonces, ¿qué hay que hacer en este periodo de comienzo del parto? Si todo esta bien y no existen signos de alarma, algo muy sencillo y básico que te va a ayudar a sobrellevar las molestias y el dolor y sobretodo, ese tiempo hasta el inicio del parto, que en ocasiones se hace interminable:
- Pasear y adoptar posturas en las que estés cómoda.
- Hacer movimientos con la pelota de parto.
- Aplicar calor en zonas de dolor.
- Masajes para relajar tensiones y aliviar dolor.
- Disfrutar de una ducha caliente.
Todas estas actividades son muy beneficiosas para esta fase, sin embargo, puedes hacer aquello que te resulte placentero y te ayude a relajarte y a afrontar esta fase con energía y fuerza para el momento que está por llegar.
Lo más recomendable, y centrándonos sólo en las contracciones, sería esperar en casa hasta que las contracciones tuvieses una frecuencia de 2-3 contracciones cada 10 minutos durante al menos 1-2 horas. Sin embargo, si sentís algún signo o síntoma que os mantiene intranquilas, podéis acudir al hospital sin problema.
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FUENTE: “GUÍA LOS CONSEJOS DE TU MATRONA”