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El gusto metálico es un efecto secundario muy común del embarazo, debido a los cambios hormonales que ocurren especialmente al principio del embarazo. Una de las funciones de las hormonas es controlar tu sentido del gusto, por lo que cuando están alteradas, como es el caso del embarazo, tu sentido del gusto se ve afectado.

Al igual que ocurre con otros síntomas durante el embarazo, este sabor suele disminuir o desaparecer del todo durante el segundo trimestre. Hasta entonces, puedes intentar aliviar el gusto metálico mediante:

El consumo de sabores ácidos: tienen la capacidad de alterar el gusto metálico, pero incrementan la producción de saliva (no muy recomendables tenemos aumentada la producción de saliva). Algunos ejemplos son los zumos de cítricos, limonada, caramelos ácidos, etc.

El lavado de la lengua al lavarse los dientes.

El enjuague de la boca con una solución salina: varias veces al día, con el fin de neutralizar los niveles de pH de tu boca y eliminar el mal gusto. Disolver una cucharadita de sal  en un vasito de agua. También se puede disolver ¼ de cucharada de bicarbonato en un vasito de agua.

Consulta con tu matrona/médico la posibilidad de cambio de vitaminas prenatales (si las estás tomando), ya que algunas de ellas provocan más gusto metálico que otras.

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