Hoy os voy a contar si se ponen enemas en el parto, ya que es una pregunta que me hacen muchas mujeres embarazadas.
El enema de limpieza consiste en introducir un líquido a través del ano, para irrigar el recto y el colón y favorecer la expulsión de heces, dejando la zona limpia.
Durante hace años se ha venido administrando enemas al inicio del parto para reducir la expulsión de heces materna durante el nacimiento del bebé y la sensación de malestar que esto podría causar a las mujeres.
Otras razones que justificaban esta práctica era la creencia de que el vaciado intestinal dejaría mas espacio para el nacimiento del feto y que el estímulo del enema aumentaría el ritmo de las contracciones y reduciría la duración del parto.
También se pensaba que la evacuación intestinal disminuía la contaminación fecal de la zona genital, disminuyendo así las probabilidades de infección para la madre y el recién nacido.
Estas supuestas ventajas se han comparado con los inconvenientes y riesgo asociados de la práctica. Como inconvenientes tenemos la sensación desagradable del procedimiento y el incremento del dolor durante el parto, etc. También se ha comprobado que su aplicación suele producir pérdidas fecales acuosas que pueden aumentar el riesgo de infección.
Por ello, se recomienda no utilizar el enema de forma rutinaria durante el parto, ya que se ha comprobado que no reducen las tasas de infección materna o neonatal, ni las complicaciones de la episiotomía y tampoco mejora la satisfacción materna.