La vuelta al trabajo después de haber tenido un hijo puede ser algo difícil al principio, ya que tu vida ha cambiado por completo con la llegada de tu bebé.
Uno de los aspectos que más preocupa a las mamás trabajadoras es el compatibilizar la lactancia materna con su trabajo. Aunque los principios siempre cuestan, esto es posible, siempre y cuando las circunstancias personales y laborales lo faciliten.
Si vives cerca de tu trabajo, una manera de llevar esto a cabo es, que te traigan al pequeño al trabajo en los ratos de descanso o cuando sea necesario. Pero en la mayoría de los casos, hacer esto es complicado, debiendo buscar otras opciones para continuar con la lactancia materna.
La utilización de un extractor de leche puede solucionarte esta tarea, preferiblemente si es eléctrico, ya que será más fácil que si se trata de uno manual. Tras la extracción, es importante que conserves la leche de manera adecuada en un frigorífico, para que posteriormente la disfrute tu bebé.
Al extraerte la leche, estas estimulando la producción y asegurando la cantidad suficiente para amamantar a tu hijo cuando estés con él.
Lo ideal es que te saques leche cada 2-3 horas, ya que así tus pechos no te molestarán y aseguraras la cantidad y producción de leche.
Si tienes dudas, ¡pregunta a tu matrona!