Hoy os voy a hablar sobre la llegada de un hermano.
Los niños se dan cuenta muy temprano del embarazo de su madre, porque descubren en ella una “regresión”. La sensación de tener un rival oculto que le despoja de la atención exclusiva de su madre, tiene como contrapartida los ataques envidiosos al vientre materno.
Si no se les comenta e informa de la situación, pueden llegar a presentar cambios bruscos de conducta y mecanismos de negación que adoptan formas variadas como, vincularse más estrechamente con la persona que le cuida o le dedica más tiempo y/o regresiones como la vuelta al chupete, trastornos del sueño, pesadillas, hacerse pis en la cama, etc.
La situación se vuelve complicada para la embarazada porque se enfrenta a sus propios temores y los de su hijo o hijos anteriores.
Por eso, es conveniente explicarle al niño, dentro de las posibilidades de comprensión de su edad, lo que ocurre, así como crear un ambiente familiar cálido y favorable para que acepte la nueva situación.