La salud de la mujer es distinta y desigual en relación con la del hombre.
Distinta porque hay factores genéticos, hereditarios, fisiológicos, etc que se manifiestan de forma diferente en su salud y en los riesgos de enfermar, y también porque hay otros factores que en parte son explicados por el género, que influyen sobre la salud de las personas.
Hasta hace unos años, tradicionalmente la mujer llevaba la responsabilidad del cuidado de la familia y de sus necesidades, originando todo esto estrés y sobrecarga que influía de manera negativa en su estado de salud y limitaba el desarrollo de sus posibilidades de desarrollo personal y social. Actualmente esto está cambiando poco a poco, aunque todavía son muchas mujeres las que lo pueden experimentar en sus propias carnes.
Un reflejo de esto es que las amas de casa utilizan más la consulta médica, consumen más fármacos y acuden más a urgencias que las que trabajan fuera del hogar, independientemente de la edad que tengan. Por tanto, la situación que vive la mujer puede conllevar problemas de salud con unas necesidades específicas, distintas a las del hombre.
Desde el sistema sanitario actual se ofertan diferentes programas de salud dirigidos a momentos vitales o situaciones específicas de la mujer, siendo los más importantes:
–Planificación familiar o anticoncepción.
–Embarazo, parto y puerperio.
–Detección precoz de las mujeres con cáncer de mama o ginecológico.
–Atención a la mujer en el climaterio.
La matrona es el personal sanitario de referencia durante toda la vida de la mujer, ayudando a la mujer en múltiples circunstancias.
¡Si todavía no conoces a tu matrona de referencia, acude a ella y deja que te ayude en lo que necesites!