¿QUÉ ES UNA MASTITIS?
La mastitis consiste en una inflamación, y posterior infección, predominantemente de origen bacteriano, que normalmente afecta a uno o varios conductos mamarios de un solo pezón.
¿CUÁNDO PUEDE APARECER?
Puede parecer en cualquier momento de la lactancia, aunque es rara verla durante los primeros días tras el parto.
¿CÓMO SE MANIFIESTA?
Si una mujer tiene una mastitis puerperal, puede notar enrojecimiento, calor, hinchazón, induración y dolor local a la palpación de la zona de la mama afectada.
Además, también se puede tener síntomas más generales, parecidos a un cuadro gripal, como fiebre, escalofríos, malestar general, y en ocasiones, dolor de cabeza, náuseas y vómitos.
FACTORES QUE LA PREDISPONEN
Son la aparición de grietas en el pezón, el vaciado inefectivo de la leche y la obstrucción de los conductos galactóforos.
PREVENCIÓN
Para prevenir que esto ocurra, se recomienda un buen vaciado de las mamas (para evita la retención de leche), no usar ropa que comprima los senos, tratar cuanto antes los problemas que aparezcan durante la lactancia y corregir la postura de amamantamiento.
¿CÓMO SABER SI TENEMOS UNA MASTITIS?
Si sospechas que puedes tener una mastitis o cualquier otro problema que te preocupe, debes acudir siempre a tu médico/matrona para que te indiquen los pasos a seguir y hagan una valoración adecuada.
Para salir de dudas en cuanto a la mastitis, se debe analizar y cultivar la leche, obteniendo una muestra. Para la toma de esta muestra, es importante lavarse bien las manos y limpiar bien la mama afectada. La leche debe extraerse manualmente en un recipiente estéril adecuado para su posterior análisis, desechando los primeros 3 ml.
¿CÓMO SOLUCIONAR EL PROBLEMA?
El tratamiento de una mastitis debe realizarse cuanto antes.
Es importante recalcar que no debe suspenderse la lactancia materna, ya que la infección no se transmite al bebé y los estudios han demostrado que si se mantienen la lactancia materna mejora la evolución de la mastitis. Se aconseja ofrecer primero el pecho sano y después el lado afectado.
Si amamantar es muy doloroso, se recomienda la extracción con sacaleches de la mama afectada, ya que es muy importante vaciarla para evitar complicaciones mayores.
El tratamiento indicado en este caso son los antibióticos sin esperar el resultado del cultivo de leche. También se pueden recetar analgésicos, reposo, vaciamiento frecuente de la mama, etc. Pregunta a tu matrona sobre las medidas más adecuadas para tu situación particular. Es importante resaltar que el niño puede mamar aunque la madre esté tomando antibióticos.
Si tienes dudas, ¡pregunta a tu matrona!