La obstrucción de un conducto galactóforo durante la lactancia suele estar asociada a alteraciones bacterianas, que al proliferar se adhieren a las paredes de los conductos junto con moléculas de calcio y los acaban taponando.
La obstrucción se siente como un bulto duro y doloroso en algún cuadrante de la mama, siendo la zona más frecuente el cuadrante superior que está pegado a la axila. A su vez, esta obstrucción puede estar acompañada de febrícula y malestar general, pero si el bulto no está caliente y rojo, y no hay fiebre, no se considera mastitis.
Para solucionar la obstrucción de un conducto existen diferentes alternativas. Lo mejor es colocar al niño a mamar, de manera que la barbilla quede justo encima, por lo menos en la dirección de la obstrucción, ya que esta zona es la que mejor drenará el pecho. También se recomienda masajear la zona durante unos minutos, con movimientos circulares y en dirección al pezón.
No se recomienda la aplicación de calor en la zona, ya que se ha demostrado que dispara el crecimiento bacteriano y por tanto puede empeorar el cuadro. Finalmente, puede estar indicado el tratamiento con probióticos específicos para la lactancia.