El parto en el agua es un tipo de parto natural que surgió en la década de los años 60 en Europa y Estados Unidos.
En este tipo de parto, la parturienta permanece durante la dilatación, una vez que el trabajo de parto es activo, y durante el expulsivo, en una bañera o piscina acondicionada.
En algunas ocasiones, las mujeres pueden utilizar el agua sólo como una opción analgésica durante la fase de dilatación, ya que es un método relajante para la madre y el bebé, reduciendo así la ansiedad, aunque finalmente el expulsivo puede ser fuera del agua si así se prefiere.
Según los estudios sobre el tema, está relacionado el parto en el agua con un menor uso de analgesia y un menor número de desgarros genitales durante el parto, aunque en ocasiones se prefiere el agua únicamente para la dilatación y se recomienda que el expulsivo sea fuera de ella.
De todos modos, para llevar a cabo este tipo de partos es importante tener claros los criterios de inclusión y exclusión para poder participar en este proceso, siendo necesario contar con ciertos recursos y asegurándonos de que el embarazo es de bajo riesgo.
¿QUÉ MUJERES PUEDEN BENEFICIARSE DE ESTE TIPO DE PARTO?
–Embarazo de bajo riesgo, sin complicaciones.
–Edad gestacional de 37 semanas o más.
–Comienzo espontáneo del parto.
–Parto establecido antes de entrar en el agua, para evitar que se enlentezca.
–Buena información al respecto.
¿CUÁNDO ESTÁ CONTRAINDICADO?
–Embarazo con complicaciones y problemas médicos de la mujer o el bebé.
–Mujeres medicadas con ciertos fármacos que pueden originar complicaciones.
–Cualquier motivo que suponga un riesgo añadido al parto.
PROCEDIMIENTO DE UN PARTO EN EL AGUA
La mujer se colocará en la bañera de partos cuando ya esté de 5-6 cm de dilatación y el parto esté bien instaurado.
La piscina se llena de agua hasta el pecho de la mujer, y la temperatura del agua debe revisarse cada poco tiempo, manteniéndola entre 35-37,5ºC.
Es importante controlar constantemente el bienestar materno y fetal.
El bebé debe nacer completamente debajo del agua, y no dejar que el cuerpo materno se eleve por encima del nivel del agua durante el expulsivo, ya que si el bebé tiene contacto con el exterior se estimula su respiración y habrá riesgo de ahogo.
Una vez que el bebé nace, se saca a la madre y al bebé de la piscina para que la placenta salga en el exterior del agua.
VENTAJAS
Para la mujer:
-Percepción de una sensación de relajación y bienestar que favorece la liberación de endorfinas, y una menor sensación de dolor.
–Mejor movilidad y mayor opción para adoptar diferentes posturas.
–Menor producción de adrenalina, al estar más relajada, favoreciendo el trabajo de parto.
–Menor riesgo de desgarros genitales, por el efecto de relajación de los tejidos del agua caliente.
Para el bebé:
–Mayor aporte de sangre y oxígeno, debido al estado de relajación materno.
–Adopción de posturas más adecuadas dentro del útero.
-El primer contacto del bebé con el exterior (agua) es un medio similar al que ha estado durante el tiempo de embarazo, por lo que los bebés suelen estar más tranquilos.
-Instauración de la lactancia materna de manera inmediata.
DESVENTAJAS
El parto en el agua no conlleva un riesgo añadido para el bebé y la mujer. Sin embargo, para que esto ocurra, estos partos deben ser atendidos por matronas entrenadas.
En España, existen hospitales en los que las mujeres pueden disfrutar de esta opción, pero estos son pocos. Pregunta a tu matrona, si quieres tener este tipo de parto, si tienes la opción en tu hospital de referencia.