La cesárea es una intervención quirúrgica que presenta más riesgos para la salud de la madre que un parto vaginal, pero que puede salvar vidas cuando surgen complicaciones durante el embarazo o el parto.
En este tipo de intervención, el bebé nace aproximadamente entre los 7 y 10 minutos posteriores a su inicio. En situaciones de emergencia, es la manera más rápida de terminar el parto.
La cesárea puede realizarse con anestesia general o con anestesia epidural o raquídea. Si la anestesia es general, se procurará no dormir a la madre hasta el último momento, intentando así que se produzca la mínima transmisión posible de anestesia al feto. Si la anestesia es epidural, bloquea las sensaciones dolorosas, pero se mantienen las sensaciones táctiles. La mujer notará que la van tocando. En cualquier caso, la mayoría de cesáreas se hacen con anestesia epidural o raquídea.
La recuperación posterior de una cesárea es más lenta que la de un parto natural, y es necesario permanecer en el hospital algún día más, por lo que habremos de tener un poco más de paciencia y deberemos dejarnos cuidar.