Existe una falsa creencia entre la población general acerca de los pezones planos o invertidos en las mujeres que dan el pecho, pensando que en estas circunstancias es imposible alimentar adecuadamente al bebé porque no se puede agarrar bien. Sin embargo, esto no es cierto.
Los pezones planos son los que no sobresalen hacia fuera y los invertidos los que, en lugar de salir hacia fuera, se hunden hacia dentro.
Tener este tipo de pezones no contraindica la lactancia, ya que no juegan un papel primordial en el funcionamiento del amamantamiento, sino que es el ordeño de un buen trozo de areola (zona oscura que rodea el pezón) por parte de la lengua del niño lo que hace que salga la leche.
Si es tu caso y estás preocupada por tu capacidad para alimentar a tu bebé, después de leer esto creo que te habrá quedado claro que tú puedes dar el pecho como cualquier otra mujer con pezones sin invertir. No es necesario hacer ejercicios de estiramiento del pezón como antes se indicaba, ya que no se ha demostrado su eficacia, además con estos ejercicios puedes hacerte daño en las mamas y/o desencadenar contracciones uterinas si todavía estás embarazada.
CONSEJOS PARA LACTAR CON PEZONES PLANOS O INVERTIDOS
-Recuerda que el bebé mama del pecho no del pezón.
-Permite que tu hijo te explore colocándolo piel con piel encima de ti, y procura que tenga la boca bien abierta antes de que se enganche al pecho.
-Evita usar pezoneras si es posible, ya que su utilización es controvertida, aunque pueden usarse para conseguir al principio un buen sellado al pecho.
-Si tienes un único pezón invertido, ofréceselo primero.
-Evita el uso de chupetes y tetinas, ya que puede interferir con el buen aprendizaje del amamantamiento.
-Busca la mejor postura para mamar, donde tanto tú como tu bebé estéis cómodos.
-Prueba a que el pezón salga antes de dar de mamar a tu hijo, mojándolo con agua fría o realizando un suave masaje.
-Si tienes la posibilidad, prueba los primeros días a succionar con un sacaleches para estimular el pezón y vaciar un poco la mama para conseguir un mejor agarre del bebé.
Y el mejor consejo: disfruta del momento. Deja que la lactancia surja. Con un poco de esfuerzo y paciencia los primeros días, tendrás recompensas enseguida. ¡Tú puedes!.