Hoy os voy a hablar sobre la placenta previa en el embarazo.
Definición
Se habla de placenta previa cuando la implantación del embrión en el útero ocurre en la porción más baja, de manera que la placenta entra en contacto con el orificio cervical interno, que más tarde será por donde se dilate para la expulsión del bebé en el momento del parto. Una placenta previa dificultará por tanto en mayor o menor medida la salida del bebé.
La placenta previa tiene lugar en el 1% de los embarazos, encontrándose mayor predisposición en mujeres con abortos previos y cesáreas anteriores. También es más frecuente en mujeres con más hijos, en mayores de 40 años y en fetos con malformaciones.
Clasificación
Existen diferentes tipos de placenta previa:
Placenta previa oclusiva: Es la que ocupa todo el orificio cervical interno. El parto es imposible por vía vaginal.
Placenta previa parcial: Ocupa parcialmente el orifico cervical interno. El parto es posible si durante el parto la placenta previa se desplaza hacia arriba y no hay pérdida sanguínea excesiva.
Placenta previa no oclusiva: El borde de la placenta no ocupa el orificio cervical interno aunque sí que está cerca. El parto es posible si no se producen pérdidas sanguíneas abundantes.
¿Cómo saber si tengo placenta previa?
El diagnóstico tiene lugar mediante ecografía o por la presencia desangrado vaginal.
En algunos casos, la placenta puede ser previa en las primeras semanas de embarazo, pero con el paso del tiempo puede moverse según crece el útero, pasando a ser una placenta de inserción normal.
¿Qué hacer si tengo placenta previa?
Si te han diagnosticado placenta previa tras una hemorragia vaginal, es importante que guardes reposo. Depende de cuánto sangres, puede ser necesario acabar la gestación, indicando una cesárea, salvo en algunas placentas marginales en las que se intentará un parto vaginal.
Si tu bebé todavía no está lo suficiente maduro como para salir fuera del útero, y si sangras bastante, puede ser necesario que permanezcas hospitalizada para poder controlaros a los dos y esperar el momento más adecuado para acabar el embarazo.
En algunos casos la placenta previa puede no dar ningún problema, siendo programada una cesárea cuando el bebé esté a término. Si la placenta está cerca del orificio cervical interno pero no en contacto con él, el parto vaginal será la opción más adecuada.