Esta práctica rutinaria se realiza al recién nacido como protección fundamental para prevenir la conjuntivitis neonatal y evitar posibles infecciones provocadas por bacterias presentes en el canal del parto.
Se recomienda la utilización de pomada de eritromicina al 0,5% y como alternativa tetraciclina al 1% antes de las 4 horas tras el parto.
Si no se aplicara esta profilaxis oftálmica, cualquier infección ocular podría tener consecuencias serias para la vista del bebé, como lesiones permanentes o incluso ceguera.